domingo, 4 de octubre de 2009

DE KIOTO A COPENHAGUE: LA HORA DE LA VERDAD PARA EL CLIMA

El año 2009 es un año clave en materia de cambio climático, ya que a finales
del mismo se van a tomar las decisiones que configurarán el marco global que
regirá los compromisos que asuman los países para luchar contra este
importante problema. En la Cumbre de las Naciones Unidas de Cambio
Climático que tendrá lugar en Diciembre en Copenhague se decidirá la forma
del acuerdo que sustituirá al Protocolo de Kioto una vez que éste haya expirado
su periodo de vida a finales de 2012.
El Protocolo de Kioto fue el primer paso en la lucha multilateral para afrontar el
problema del calentamiento global. Desde sus inicios las Organizaciones
Ecologistas consideramos que era insuficiente la reducción del 5,2% de
emisiones de Gases de Efecto Invernadero en los países desarrollados durante
el periodo 2008-2012 respecto a las existentes en 1990. Sin embargo esta
apuesta, aún no siendo lo suficientemente ambiciosa, marcó el inicio de la
lucha multilateral contra el cambio climático, dando prioridad a iniciar el camino
y facilitar así que el máximo número de países se uniera. Desgraciadamente el
proceso no fue fácil, tardándose 8 años para su ratificación y entrada n vigor
(desde 1997 al 2005). Además contó con la oposición frontal de la
Administración Bush, que dio priorizó los intereses cortoplacistas y de las
petroleras a unirse al resto del mundo en combatir este importante problema,
aún siendo EEUU el país con mas responsabilidad en las emisiones de los GEI
causantes del cambio climático.
Todo acuerdo internacional que aborde el problema del cambio climático debe
basarse en el principio de responsabilidades compartidas pero diferenciadas,
ya que ni todos los países tienen el mismo grado de responsabilidad en la
causa del problema, ni las posibilidades tecnológicas y económicas para
afrontarlo. Es por eso que el Protocolo de Kioto contempla una primera
clasificación de países en dos categorías, los industrializados, con
compromisos cuantificados de reducción de emisiones, y los países en
desarrollo que no adquirieron estos compromisos. Dentro de la primera
categoría tampoco hay un reparto uniforme de reducción de emisiones,
correspondiendo a algunos como Alemania reducciones de -21% de sus
emisiones en 2008-2012 referidas a 1990, mientras que a otros como España,
se nos permitía aumentar hasta un 15% por encima de las emisiones de 1990.
Aún así, España ya ha superado el +50% de incremento de sus emisiones
respecto a 1990, teniendo por tanto que hacer un gran esfuerzo para cumplir
con su compromiso. El gobierno cifra que será posible pasar del +50% al +37%
en 2012, y que el resto de la reducción deberá realizarla fuera de nuestras
fronteras comprando créditos, que en el mejor de los casos certificarán que se
han realizado proyectos de reducciones efectivas de emisiones en otros
países, y en el peor serán una simple trasferencia económica comprando
créditos baratos a los países del Este de Europa por el cierre efectuado de sus
fábricas contaminantes.
El balance que hacemos desde WWF España del Protocolo de Kioto, es que
fue un primer paso en la buena dirección para coordinar esfuerzos
encaminados a frenar y revertir las emisiones de Gases de Efecto invernadero.
También consideramos que el compromiso de reducción de emisiones fue
insuficiente, como denunciamos en su día, ya que se necesitan reducciones
mucho mas ambiciosas y un cambio de modelo energético, para posibilitar que
no se superen los 2ºC de aumento de temperatura respecto a las temperaturas
preindustriales, y así evitar importantes consecuencias ecológicas, económicas
y sociales.
Quedan 3 años de vigencia del Protocolo de Kioto, y es preciso ultimar las
bases sobre las que se articulará el nuevo acuerdo que le dará continuidad a
partir de 2013. Es preciso que a finales de 2009 esté terminado el nuevo
protocolo para que pueda someterse a ratificación o aprobación por parte de
los países, y que no haya lapsus entre la finalización del todavía vigente y el
nuevo. Por ello la cumbre de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que
se celebrará este año en Copenhague es crucial, y el acuerdo que salga de ella
será el indicador de si los países dan a la lucha contra el cambio climático la
prioridad y la importancia que requiere el afrontar el problema de forma
decidida y urgente para evitar los peores impactos, que de no ser así
estaremos abocados a afrontar.
WWF consideramos fundamentales para alcanzar un acuerdo exitoso en las
negociaciones hacia Copenhague los siguientes aspectos:
• Compromisos claros y equitativos de los países. En este sentido, los
países desarrollados deberán fijar sus objetivos de reducción en l la
franja del 25-40% propuesta por el IPCC respecto a las emisiones
preindustriales. Los países en desarrollo deberían desviarse en el 2020
en más de un 30% de la tendencia actual de sus emisiones a través de
acciones de reducción de emisiones, incluyendo políticas de lucha
contra la deforestación y usos alternativos del suelo.
• Es imprescindible una financiación importante, adicional y basada
en las necesidades de los países en desarrollo por parte de los
países industrializados de aproximadamente 110.000 millones de Euros
al año para permitir a los países en desarrollo pongan en marcha
acciones de mitigación y adaptación más allá de sus propios medios.
Dicha financiación deberá estar basada en la capacidad de cada país
industrializado de proveer fondos, así como de su responsabilidad
histórica. WWF calcula que la contribución de la UE debería ascender a
aproximadamente 35.000 millones de Euros.
• Concretar propuestas sobre los mecanismos financieros que lo
harán posible, como la subasta de los permisos de emisión o las tasas
a las emisiones de la aviación y la navegación, y el marco para la
innovación y la transferencia de tecnología.
El marco en que se producen estas negociaciones es ambivalente, ya que la
caída de la administración Bush introduce esperanza en el liderazgo de este
país que hasta ahora había sido uno de los principales obstáculos en la lucha
internacional contra el cambio climático, mientras que la Administración Obama
ha declarado su voluntad en abordar el problema y trabajar coordinadamente
con otros países.
Por otra parte, la crisis económico - financiera en que nos encontramos
sumidos, hace que se vuelvan a aplicar las viejas fórmulas de poner parches
para paliar a corto plazo los impactos (ayudas a los bancos y las empresas
automovilísticas) continuando con el mismo modelo que ha demostrado ser
insostenible, en vez de apostar de forma decidida por un desarrollo
verdaderamente sostenible basado en la innovación, la eficiencia y la
solidaridad. Las restricciones fiscales del medio plazo no deberían ser vistas
como una excusa para la cautela. Los nuevos mecanismos financieros sobre el
clima comenzarán a funcionar en 2013,
cuando seguramente la economía global habrá salido de la crisis aguda en que
nos encontramos ahora.
Nos queda muy poco tiempo para reaccionar, todos los estudios nos avisan
que cuanto mas tardemos en tomar medidas los costes económicos, sociales y
ambientales serán mayores. En concreto el Informe elaborado por Nicholas
Stern en Octubre 2006 afirmaba que los costes de la estabilización son
importantes pero factibles y que la demora incrementa el peligro y el coste.
Calcula el coste de la inacción entre el 5% y el 20 % del PIB global anual,
mientras que actuando se podría limitar este coste al 1% año. También afirma
que existen varias opciones para reducir las emisiones pero hace falta acción
política firme para que prosperen. Señala entre las principales poner precio al
carbono, transferencia tecnológica, quitar barreras a la eficiencia energética ,
acciones para reducir la deforestación y sensibilizar a la población.
Desde WWF consideramos la lucha contra el cambio climático como un gran
reto que es necesario y urgente abordar. Es una oportunidad para estimular el
crecimiento económico y crear millones de puestos de trabajo, proteger los
bosques y evitar los impactos más catastróficos. Le pedimos a los políticos que
nos representan que tengan la voluntad y el valor suficiente para abordarlo.
Bibliografía:
“Summary for Policymakers of the Synthesis report of the IPCC Fourth
Assessment Report”. IPCC, 2007.
“Stern Review: The economics of climate change”. Stern, UK, 2006

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