Una casualidad de la Naturaleza da al planeta su
carácter y dicta el ritmo de la vida de todos los
organismos vivientes que la habitan: la inclinación
del planeta. La Tierra rota en un ángulo de 23,5
grados respecto de la vertical. Hace aproximadamente
cinco mil millones de años, un asteroide
gigante se estrelló contra la Tierra y la inclinó en
un ángulo de exactamente 23,5 grados respecto
del Sol. Si no fuera por esta inclinación, la Tierra
sería un planeta bien diferente. Si bien se mantendría
la variación climática entre Norte y Sur
causada por la variada concentración de energía
solar que llega a la superficie terrestre, no habría
estaciones ni variación entre las horas de luz y
oscuridad durante el año.
jueves, 21 de mayo de 2009
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